3.11.09

Rodrigo Fresán invita a una historia privada del fin del mundo

El escritor argentino, radicado en Barcelona, publica El fondo del cielo. "He escrito una historia universal del amor, contada con sentimientos intensos", dice el también autor de Jardines de Kensington.

UN POCO DE CIENCIA FICCION. Fresán introduce en su novela una poderosa reflexión sobre la memoria y el tiempo.

Rodrigo Fresán es uno de los narradores más singulares de hoy en cualquier idioma. Hacía seis años que no publicaba novela: la última (considerada por The Financial Times mejor libro del 2005) fue Jardines de Kensington, donde conviven el Londres victoriano y el pop, las biografías de J. M. Barrie (Peter Pan) y Ray Davies (The Kinks).

El autor argentino, de 55 años, que vive en Barcelona desde 1999, ensaya una visión del fin del mundo en El fondo del cielo (Mondadori) una de esas novelas inclasificables que contiene tantos juegos, guiños literarios, trampas, citas y combinatorias que, una vez cerrado el libro, invita a volver a abrirlo para reemprender el viaje por sus páginas, ahora con sus secretos ya sabidos.

"Las citas del índice inicial son su guión", dice el autor: Bioy Casares, Nabokov, Proust, Vonnegut, Philip K. Dick, Banville y Cheever. "No es un libro de ciencia ficción, sino un libro con ciencia ficción", repite Fresán. "Y sobre todo, es una historia de amor, una historia de amor con traje espacial, donde lo importante son el pasado y la memoria".

"Recordar es encontrar sin dejar de buscar", repite a lo largo del libro un narrador, cuya identidad es una de las sorpresas. Fresán, en su obra más próxima a Bioy Casares (La invención de Morel y El sueño de los héroes), se declara admirador de la nostalgia de Bradbury y de Odisea 2001, de Dick y Ballard, porque recela - él no llevó móvil hasta el embarazo de su mujer-de la dependencia de las máquinas. "El fondo del cielo - dice-es la posibilidad de una historia privada del fin del mundo o la historia universal del amor, contada con sentimientos intensos y emoción".

"Hay en la novela - añade-una zona crepuscular donde no existe la perspectiva de ser invadidos por seres superiores, sino donde vemos cómo nos estamos convirtiendo en nuestros propios extraterrestres, nuestros propios aliens". También tiene la novela una poderosa reflexión sobre la memoria y el tiempo, la invención de un nuevo planeta literario, un repaso desde la lejanía de miles y miles de años a acontecimientos históricos (11-S, Kennedy...), mucha poesía y un homenaje a Vonnegut que en una entrevista dijo que todo escritor tenía la obligación, al menos una vez en su carrera, de destruir un mundo. "Yo destruyo dos. Varias veces", dice Fresán.
Fresán Básico
Buenos Aires, 1963. Escritor.
Radicado en Barcelona, Rodrigo Fresán reparte su vocación de escritor entre la literatura y el periodismo. Su primer libro de cuentos, "Historia Argentina" (1991), fue señalado
como uno de los más destacados de la nueva narrativa argentina. Más tarde publicó otro libro de relatos breves, "Vidas de santos" (1993) y "Trabajos manuales" (1994). Su novela "Esperanto"
(1995) mereció el elogio general de la crítica, que lo consideró como uno de los más prometedores
escritores jóvenes. "La velocidad de las cosas" (1998) fue una de las mejores novelas argentinas de ese año y recientemente ha publicado "Mantra" (2002).

fuente:Revista Ñ

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