11.12.09

El colombiano detrás de la Nueva Gramática

Juan Carlos Vergara formó parte del equipo académico que escribió la mayor compilación normativa de la lengua para la era digital.

Juan Carlos Vergara, en su trabajo académico. Es rector de la Fundación Autónoma de Colombia.

Mi profesor de gramática fue uno de los expertos aplaudidos el jueves en Madrid durante la presentación oficial de la Nueva Gramática de la Lengua Española, una de las principales noticias culturales del año. Es uno de los 22 miembros de la Comisión Interacadémica que trabajó en la investigación y redacción del nuevo libro guía del castellano, que no había sido reformado desde 1931, que por primera vez tiene alma hispanoamericana y no sólo española y que se amolda al uso moderno del idioma.

Se llama Juan Carlos Vergara Silva, tiene 49 años y empezó su carrera hace 27 como profesor de Español y Literatura en el Colegio Perpetuo Socorro de Fontibón. Es el miembro de número más joven de la Academia Colombiana de la Lengua porque dedicó su vida a estudiar la estructura del español y de su literatura. Fue uno de los investigadores del Instituto Caro y Cuervo que hace 10 años recibieron el premio Príncipe de Asturias por completar el Diccionario de Construcción y Régimen, empezado hace un siglo por Rufino José Cuervo, el primer gran filólogo colombiano, y bautizado por Gabriel García Márquez como “la gran novela de las palabras”. Además, fue uno de los redactores de la Constitución de 1991 y es el actual rector de la Universidad Autónoma de Colombia.

Por este tipo de razones, la Academia Colombiana lo nominó para ser elegido en España como representante del Caribe Continental en la elaboración de la Nueva Gramática, el mayor proyecto de compilación lingüística de la historia. La Asociación de las 22 academias de habla española lo seleccionó en 2003 y es el responsable de que la evolución del idioma en nuestro país y en la región, desde el registro popular hasta el literario, fuera tenida en cuenta en el texto definitivo.

Aunque los dos primeros volúmenes que presentaron ayer los Reyes de España y el presidente de la Real Academia Española (RAE), Víctor García de la Concha, —4.200 páginas de morfología y sintaxis— se muestran agobiantes para un lector promedio, el tono y ritmo con que fue escrita esta gramática dista mucho de la rígida y normativa de hace 78 años. Esta tiene la cualidad de Vergara, mi maestro de gramática en la Universidad Nacional, así como de empresarios y escritores: enseña las normas que rigen el español de una forma práctica y descriptiva. No como los profesores de antes: la regla es así y punto, sino a partir de ejemplos de uso concretos, tanto en la calle como en los círculos intelectuales.

Para facilitar la socialización del documento, la Academia no va a obligar a comprar esos volúmenes editados para expertos, como los otros dos que se publicarán el primer semestre de 2010 con toda la fonética y la fonología, sino una versión de interés general de 750 páginas o una de bolsillo de 250, que también saldrán al mercado el año entrante.

Juan Carlos Vergara tiene razón al decir que ayer fue el día más emocionante de su vida en defensa del castellano, porque la ceremonia de presentación del libro madre del idioma es la formalización de un trabajo multinacional digno de la era de internet y la herramienta de consulta para 500 millones de hablantes nativos y de otros 100 millones que lo utilizan como segunda lengua.

¿A quiénes se les debe la ‘Nueva Gramática’?

A todos los hispanohablantes que hemos hecho del español una de las lenguas vivas más importantes del mundo. Quienes participamos del proyecto fuimos los representantes de las academias de Norteamérica, Caribe Antillano, Centroamérica y México, Caribe Continental, área Andina, Río de la Plata, Chile y España, además del secretario general, el ponente y redactor principal, Ignacio Bosque, el compilador de la Universidad de Salamanca, Julio Borrego, y el director de la RAE, Víctor García de la Concha.

¿En qué avanza esta gramática con respecto a la de 1931?

En que esta es una obra de equipo que realmente empezó en 1988 cuando el Congreso de Academias determinó hacer por primera vez una gramática consensuada. Entonces se empezó a elaborar la estructura general y de capítulos por parte de ocho expertos, cuyas compilaciones fueron el punto de partida para la Comisión Interacadémica. Intercambiamos opiniones y borradores por internet y nos reunimos al menos dos veces por año en institutos de España en Burgos, Segovia, Zamora, Asturias y Castilla y León. En América tuvimos sesiones de trabajo en Antigua, Guatemala, y en Medellín, previo al Congreso de la Lengua.

¿Cómo calificar el aporte de lo que se hizo en Medellín en 2007?

Vital porque allí terminamos el texto básico, la matriz de este libro de consulta, antes de aprobar los capítulos finales en octubre de 2008 en el Palacio de la Isla, sede del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. En la historia de la gramática española ya quedó grabado en letras de oro el nombre de Medellín.

¿Y qué porcentaje aportaron los países de América ‘versus’ España?

Muy alto, aunque el 97% de las estructuras de la lengua son comunes. Lo que se modifica es el léxico. Esta gramática tiene la ventaja de que no sólo tiene ejemplificación de uso correcto del español en Miguel de Cervantes y los autores del Siglo de Oro, como la anterior, sino en autores latinoamericanos clásicos y contemporáneos. Nos permitió reconocer la producción literaria hasta la actualidad.

¿Cuáles son los colombianos más citados?

Obviamente García Márquez. Luego están autores como Cepeda Samudio, Germán Arciniegas, Caballero Calderón, Jorge Isaacs y acudimos al presente hasta escritores como Santiago Gamboa, que reflejan en sus textos literarios los giros del uso actual del idioma.

¿Esta ya es una gramática para la era digital?

Totalmente porque, además de que se va a comercializar también en formato digital, se hizo gracias a la tecnología electrónica. Hasta el punto que recurrimos a análisis espectrográficos de voz para corroborar diferencias fonológicas del habla según cada región.

¿Se refiere a internet?

Sí y, sobre todo, a un software con el que cuenta la Academia Española que se llama Búho porque está despierto todo el tiempo y nos mantiene al día en el uso del idioma en toda Hispanoamérica a través de la red. Sin ese apoyo y sin el correo electrónico hubiéramos tardado 50 años para terminar este trabajo. Por eso la Gramática está estructurada con una concepción hipertextual, o sea que no es una simple sumatoria de capítulos sino de referencias cruzadas que guían al lector hacia donde necesite.

¿Cómo funciona el Búho?

Es un software que registra todas las publicaciones periódicas en la red, como magazines, diarios, periódicos, obras seriadas, etc. Se encarga de identificar las estructuras de artículos y documentos. Tiene cerca de diez millones de entradas y es automático. Cuando tenemos una duda lo consultamos para saber si una expresión está haciendo carrera en hispanoamérica. Es decir, verificamos que el giro es usado por ejemplo en El Espectador, de Colombia, en Excelsior, de México, y en muchos otros. La Gramática reconoce así el papel trascendental de los medios de comunicación escrita sobre el uso de la gramática, al igual que el uso popular y el de textos científicos. Es una medición mucho más cierta que la que hacía la gramática antigua.

¿Pero cómo amoldarse a la realidad de la gente que chatea, al lenguaje veloz de internet?

Para la lengua escrita eso no es un gran problema porque en el caso del chat observamos que a pesar de ser un lenguaje digital está en categoría oral, lo que empezamos a llamar “ciberhabla”, hablar con textos gráficos. Eso tiene el mismo efecto que una conversación informal entre dos personas en la calle y no por eso los hablantes van a olvidar las normas básicas del idioma o a dejar de consultarlas cuando requieran un soporte escrito para un documento formal.

¿El avance global del inglés sí es una amenaza para el español?

No. Tenemos 500 millones de hablantes nativos y 100 millones más como segunda lengua. Es la segunda lengua más solicitada en Estados Unidos, Europa y China. El Instituto Cervantes tuvo que abrir sedes en Pekín y Shangái. El español sigue en aumento. El inglés puede ser una amenaza si en el proceso de enseñanza en nuestros países parten de la base de que primero hay que aprender inglés y luego español y no al revés. Eso puede ser devastador porque los niños comienzan a pensar en una lengua que no les pertenece y a traducir desde esa lengua hacia su lengua propia, lo cual es una aberración. Destruye la estructura de la lengua propia, genera una mitificación de la segunda lengua y el no aprendizaje completo de ninguna de las dos. Lo natural es que primero se decante la original y luego llegue la segunda. Para ello falta una real política lingüística en Colombia que prevenga ese fenómeno.

¿El siguiente paso de las academias será reformar la ortografía, como ha pedido García Márquez, por ejemplo quedarnos con la “b” de “burro” o con la “v” de “vaca”?

No sé si lleguemos hasta ese punto, pero en este momento hay un grupo de estudio trabajando en qué ajustes son convenientes para el idioma.

Las cifras del libro madre del español

22 academias de la lengua participaron durante 11 años en la elaboración de la ‘Nueva Gramática’.

3.800 páginas tienen los primeros dos volúmenes, que actualizan las normas a partir de 40.000 ejemplos de uso en 3.700 obras y 307 periódicos.

250 páginas tendrá la edición de bolsillo que llegará al mercado colombiano el año entrante. También llegará otra, estilo manual, de 750 páginas.

150 mil pesos costará la versión en volúmenes editada por Espasa y cerca de $25 mil la de bolsillo.

1 DVD también saldrá a la venta con muestras de la pronunciación del español en Hispanoamérica.


Nelson Fredy Padilla

EL ESPECTADOR

No hay comentarios: