17.7.09

La novela no puede morir

CINCO VOCES de la narrativa latinoamericana responden sobre el porvenir de la novela.
Cinco escritores de primera línea en las letras latinoamericanas responden sobre el presente y el futuro de la novela. ¿La capacidad de generar relatos ha sido monopolizada por el cine y la tv? ¿El mercado decide qué se lee y dónde? ¿Las grandes editoriales globalizan unas obras y hacen que otras no se conozcan siquiera en sus países? Las respuestas de Claudia Piñeiro, Juan Villoro, Alvaro Mutis, Luis Sepúlveda y Carlos Gamerro en general predican un futuro para el género, pero desde distintos puntos de vista.
La novela y sus crisis se remontan al siglo XIX. Cuando los Lumière comenzaron a proyectar imágenes en movimiento en un café de París, muchos creyeron que el relato escrito comenzaría a pasar a segundo plano, pues el cine –un cine que no puede compararse con el actual en recursos y calidad de lenguaje– atraería como moscas a todo el mundo hacia esas salas cuyo paradigma fue el concurrido Grand Café, en el Boulevard des Capucines. Y es cierto: algo cambio entonces en el mundo de la novela. Algo cambió en la concepción lineal del relato, en las unidades de tiempo y espacio, en la cuestión del punto de vista, que autores como Henry James y Robert Louis Stevenson discutían antes de que se popularizara el invento de los Lumière.
Cada vez que se plantea la posibilidad de que la novela desaparezca, se levantan voces tan poco fundamentadas como las de los profetas para decir que eso no ocurrirá jamás. Es posible que así sea. Pero parece seguro que el género cambiará las veces que sea necesario, si vamos a mirar con algún cuidado la experiencia histórica: después de los Lumière y de otros cambios vinculados con la eficiencia en la transmisión de relatos –todo lo que hoy es el vasto y complejo mundo de "los medios"–, vinieron el Ulises de Joyce, la monumental y a la vez intimista obra de Proust, el fluir de la conciencia de Virginia Woolf, el ambiguo objetivismo.
Desde los Lumière, o desde un punto muy cercano a ellos, la novela supo que debía trabajar en otro plano.A 113 años de la primera función del cine de la historia, y en vista de los desarrollos alcanzados por los "medios", no parece ociosa la pregunta sobre el papel de la novela. Cuando Hollywood tiene una dimensión elefantiásica, y los cineastas independientes creen que pueden competir en terrenos que sólo la imaginación literaria podía cultivar; cuando Godard entre otros cree que incluso el cine murió, ¿en qué o en dónde se refugiará la novela? Es una pregunta menos que deportiva.

Juan Villoro: "Se escribe un libro para anunciar la muerte del libro"
Luis Sepúlveda. El papel del mercado
Claudia Piñeiro. ¿Quién es dueño de todos los relatos?
Alvaro Mutis: "La literatura no tiene función social"
Carlos Gamerro. "Lo literario perdura"

fuente: Revista Ñ http://jmarconsusescribanias.blogspot.com

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